viernes, 1 de diciembre de 2017

De alguna a Ninguna (y 3)

Tenemos voz y vamos a usarla, la otra opción es permanecer en silencio, observantes, inanes ante lo que pasa ante nosotros y nostras. Pero no, nosotras y nosotros no vamos a permanecer callados. Tenemos algo que decir, tenemos opiniones, tenemos derecho a expresarnos y la voluntad de hacerlo, y eso es todo lo que nos hace falta para ser la gente de «NingunaRadio.Ø», la gente de la «Nueva Radio».


Esta tercera y definitiva entrada sobre las premisas del por qué, del para qué y el cómo (ya sé que en las dos anteriores he hablado de mi y de mis circunstancias profesionales, con perdón, pero sólo con intención de poder ofrecer una visión holística del proyecto), ha de señalar, antes que nada, las dos más significativas:

 1 LIBERTAD.- Pensar diferente, discrepar, opinar de forma razonada lo contrario, en todo o en parte, de lo que otro piense, no significa enfrentamiento. Discutir no es un acto violento, sino una acción intelectual y de concordia. La exposición de una idea es, por tanto, parte de la libertad inalienable de cualquier persona a comunicar y esa libertad ha de ser respetada. Todo debate debe transcurrir dentro de los límites de la dignidad en el trato que todos nos merecemos. Somos libres, educados y tolerantes.

2 INDEPENDENCIA.- Este, como cualquier proyecto que aspire a convertir inquietudes en acciones, requerirá de financiación. Por el momento y para empezar, con afanes puramente filantrópicos, es Allysound, con sus medios e infraestructura, la que lo impulsa. Nadie tiene obligación de contribuir ni mediante el pago de cuotas ni asumiendo ningún tipo de obligación o compromiso. Se entiende que toda participación es voluntaria y de buena fe. El proyecto renuncia a recibir subvenciones públicas (el dinero público debe, más en estos momentos, atender las urgencias y necesidades de personas y colectivos que lo precisan),  pero, no obstante, confía en que acciones de mecenazgo o de patrocinio permitan su sostenimiento futuro sin que ello pueda suponer, por ninguna causa o razón, sometimiento a presiones financieras, como tampoco políticas o de cualquier otro origen.

La finalidad del proyecto es abrir (como ya está hecho), un canal de comunicación que para la divulgación de archivos de audio (podcast) en Internet. Aunque en principio se ha elegido la plataforma iVoox (al ser una de las más populares y con mayor número de usuarios), con el afán de que la difusión de estos contenidos sea la mayor posible, pronto se alojarán también en otras plataformas significativas como por ejemplo Spreaker o Mixcloud.

En principio comunicamos por y para Ibi pero con la ambición de ser escuchados en cualquier parte del mundo sin perder de vista que, en la actualidad, hay personas nacidas en nuestra ciudad o relacionadas con ella en los cinco continentes. Sabemos, por ejemplo, de la existencia de gente nacida en Ibi residiendo actualmente en Australia. De la misma manera, justo es recordar y reconocer a las familias de origen ibense que por razón de su oficio (como las vinculadas al helado artesano), residen en diversas localidades de la geografía española. Nos complace ser, tanto ser hilo transmisor de cuanto nos ocurre para compartirlo con quienes están lejos de su tierra, como con nuestros más próximos convecinos.

Los archivos de audio que se vayan publicando bajo el epígrafe genérico «Ibi no es un impuesto» son y serán parte de nuestra realidad, inquietudes o aspiraciones y, por tanto, permanecerán en el tiempo siendo testimonio perpetuo de todo ello.

Entendiendo que un archivo de audio (un podcast) es un contenido que es escuchado a demanda de cada interesado o interesada y de que el audio, a diferencia del audiovisual, tiene la virtud de la simultaneidad (escuchar es compatible con cualquier otras actividades como conducir, hacer deporte, viajar, pasear, realizar tareas domésticas…, etc., mientras que lo audiovisual no),  se adecuará a esta circunstancia y, por tanto, cada archivo no debe prolongarse más de 15-20 minutos. Salvo casos excepcionales que lo aconsejen, los podcasts publicados por «NingunaRadio.Ø» no tendrán una duración mayor a la citada. 



La voluntad inicial es la de consolidar seis áreas de trabajo abiertas a la libre participación de cuantos voluntarios y voluntarias, individualmente o en grupo, quieran realizar aportaciones a cada una de ellas. Estas áreas de trabajo iniciales son:

• CLUB de LECTORAS y LECTORES: Se trata de una acción solidaria. Habida de cuenta, por un lado, de la necesidad de fomentar, alentar e incitar a la lectura como fuente de conocimiento y, por tanto, del crecimiento del pensamiento crítico y, por otro, de la existencia de personas que por alguna razón no pueden hacerlo, se conmina a la participación a quienes quieran prestar su voz para grabar lecturas de obras, párrafos, ensayos, artículos, cuentos, poesía, relatos o cualquier tipo de texto que cada lector o lectora considere adecuado y oportuno. Los podcasts con este tipo de contenidos podrán contener, dependiendo de la duración de las lecturas, más de una intervención.

• DIVULGACIÓN CIENTÍFICA: En nuestra sociedad, en la generalidad y en la de nuestro municipio, proliferan falsas creencias, mitos, falacias, bulos y leyendas que son con frecuencia confundidas con la verdad. La realidad científica nos rescata de otra realidad falsa que es perniciosa y fraudulenta. Por eso conminamos a quienes tienen los conocimientos o desarrollan actividades fundamentadas en la evidencia científica, los compartan con el afán de desterrar falsas creencias y errores. Doctores en medicina y personal sanitario en general, farmacéuticos, psicólogos, profesores, optometristas, arquitectos, ingenieros y técnicos tienen un espacio para una importante labor con la que estamos decididos a colaborar: la divulgación científica veraz.

• DEBATES TEMÁTICOS: La inspiración de este proyecto surgió a partir de un foro de Facebook  denominado «Ibi en debate» y en el que sus participantes denuncian problemas o plantean iniciativas de interés común. La idea es la de trasladar estas exposiciones al debate hablado entre partes, siempre dentro del respeto y la aceptación de la pluralidad de ideas y opiniones. Se pretende la organización de debates sobre temas que serán propuestos y a los que cualquier interesado pueda solicitar asistir. A cada debate podrán asistir (salvo casos excepcionales o en sesiones que se graben en lugares en los que sea posible la presencia de público), una máximo de seis personas. Para participar en un debate sobre un tema determinado los interesados e interesadas deberán solicitarlo previamente razonando su presencia. Cada debate será arbitrado por un moderador que establecerá unas reglas de obligado y estricto cumplimiento.

• PERSONAJES: Por su dedicación, logros, trayectoria o cualquier otra singularidad, puntualmente destaca una determinada persona. Con el objetivo de dejar testimonio de sus méritos, grabaremos entrevistas. La intención es la de publicar previamente en el blog de NingunaRadio.Ø una semblanza de cada uno de estos personajes antes de ser entrevistados para que, a partir de ella, quien lo desee pueda formular las preguntas que considere.

• MÚSICOS, INTÉRPRETES y COMPOSITORES: No sólo por el hecho de que nuestras fiestas implican a la música con un rango destacado ni por la existencia en Ibi de una Banda Municipal de Música que ha merecido múltiples premios ni porque esta entidad mantenga una escuela ni porque sean cada vez más y mejores los que dedican gran parte de su tiempo alguna actividad relacionada con la música en sus diferentes estilos, sino porque es necesario dar protagonismo a quienes hacen posible todo eso y cultivan este arte, por lo que es decidida voluntad de «NingunaRadio.Ø» dedicar tiempo y espacio a compositores e intérpretes solitas o en grupo. Está previsto que este tipo de grabaciones requieran desplazarse hasta locales de ensayo o allí donde sea necesario. En todo caso, las piezas que se graben para su difusión pública han de ser siempre originales o libres de Derecho de Autor.

• HUMANIDADES y TEATRO: Por ambicioso que pueda parecer, se propone la grabación de pequeñas obras dramatizadas, originales o adaptadas, que supongan la interpretación actoral con voces. Se trata de emular las antiguas producciones radiofónicas en las que, a partir de un guión, un narrador y actores, un director sea capaz de originar la idea de una acción que se representa en la imaginación del oyente. Todo ello con la ayuda de bases musicales y efectos de sonido.
Se trata, de igual manera, de dar cabida a las humanidades como conjunto que son de la cultura humana, especialmente a las artes, la filosofía y al lenguaje.
Con estos elementos se propone la experimentación en el ámbito de un taller de radio o de creación de sensaciones sonoras capaces de transmitir emociones.


Y estos son los elementos iniciales, las propuestas de partida que ya están esperando, dependiendo de las actitudes de cada uno, las ideas y aportaciones de todos. Hay, claro está, muchos temas que pueden ser abordados en nuevas parcelas, todo es cosa de proponerlo y, mejor, asumir el desarrollo de eso que se propone. Es, como queda patente, cuestión de voluntariedad, compromiso y participación. Nada se hará si tú (sí, sí tú), no te implicas. Nadie vendrá a hacer lo que tú no hagas. Nada quedará para el futuro si tú, ahora, no lo haces. Es una oportunidad de dejar registro de tu labor, de tu existencia, de tu voluntad y, sobre todo, de tu vecindad. Es un llamamiento a todos y a todas. Es hora de tomar la palabra Demostremos al mundo quienes somos y de qué somos capaces ¡¡Vamos Ibi!! 

¿Alguna duda, idea o propuesta? Ponte en contacto por email con ningunaradio@gmail.com


lunes, 27 de noviembre de 2017

De alguna a Ninguna (2ª parte)




Con la anterior, primera parte parte de esta exposición, he querido poner de manifiesto que lo que a continuación expongo y propongo lo baso en la experiencia. Trato de hacer una exposición realista, desprendida de toda pasión y, claro está, anteponiendo los intereses colectivos y comunes a los de cualquier otros criterios, ya sean políticos o financieros.

Cuanto ocurre en la radio generalista española, incluso en la desgastada radio-fórmula, ya está siendo ampliamente comentado y documentado, pero no cuanto sucede en el ámbito de la radio local, esa que en el caso de Ibi, como en el de otras localidades, es, además, una radio pública, o sea, una emisora municipal.

La aparición de las emisoras municipales se produjo al amparo de una ley promulgada en 1991 aunque en más de 500 municipios, uno de ellos Ibi, ya venían emitiendo en FM. El Gobierno español, que posteriormente delegó estas competencias en las comunidades autónomas, otorgó las licencias administrativas para la legal ocupación del espacio radioeléctrico a mas de 600 emisoras municipales de FM en poco menos de un año.

La preceptiva concesión administrativa consiste, básicamente, en una licencia que acredita que determinada emisora responde a una serie de parámetros (frecuencia, potencia de emisión, potencia en antena, posición y la cota de elementos radiantes) que han sido previamente establecidos por los organismos competentes de la UE. Una vez constituida, siempre según la ley, el pleno del Ayuntamiento quedaría facultado para ejercer el control de las actuaciones de la entidad gestora de la emisora, que en el caso de Ibi es una sociedad limitada, velando por el respeto a una serie de principios recogidos en la misma ley como «el pluralismo político, religioso, social, cultural, linguístico, la protección de la salud y la infancia y el respeto a los valores de igualdad recogidos en la Constitución».

En el caso de Ibi, tal y como justifica la propia emisora municipal en su web, «la Emisora Municipal Radio Ibi inició su andadura el 8 de mayo de 1987, con la pretensión de ofrecer a los ciudadanos de la población una oferta radiofónica que, debido a la orografía de la zona, era difícil de otro modo», un argumento que las nuevas tecnologías han dejado obsoleto.





Pero mientras municipios como Ibi apostaron en su momento por una emisora municipal en toda regla, otros ayuntamientos, algunos muy próximos, miraron para otro lado mientras se consolidaban en sus territorios emisoras de FM alegales o ilegales, o sea, sin la obligatoria concesión administrativa, lo que nos les impide acudir a ellas cuando buscan propaganda. Al tiempo, la necesidad de explotar un mercado publicitario que en sus respectivos municipios siempre fue pequeño, estas emisoras no dudaron en expandir su oferta comercial al municipio de Ibi lo que ha perjudicado los intereses de la radio pública de nuestra localidad con una presunta competencia desleal consistente en prácticas comerciales más que agresivas, lesivas. Ninguna administración, ni la de Ibi ni la de los municipios en los que se emplazan estas emisoras fuera de la Ley, han hecho nada, que se sepa públicamente, por remediar una situación que beneficia, sobre todo, a promotores de empresas radiofónicas fuera de la normativa europea y por ende española.



Tampoco es muy alentadora la situación de nuestra radio pública. De no haber sido por los límites e impedimentos que marca la propia Ley, es más que probable que la emisora ya hubiera pasado a manos privadas. En un momento dado, la plantilla, que llegó a estar integrada por siete personas,  quedó reducida a tan sólo tres. Por grandes que sean sus esfuerzos por mantener una oferta acorde con la condición de radio pública, poco más pueden hacer cuando, además, emplean parte de su tiempo en la grabación de anuncios que ocupan un tercio, o quizá más, del tiempo total de emisión. Cabe decir que la Ley contempló la posibilidad de emitir (y digo emitir, no producir) publicidad como fuente de financiación del servicio. Sin embargo, a pesar de la gran cantidad de anuncios, de su larga duración y de su acusada frecuencia de repetición, el erario destina anualmente más de cien mil euros a sostener la emisora. Es obvio que la gran cantidad de anuncios que emite a diario no repercute con notoriedad suficiente en el sostenimiento de una radio que, posiblemente influenciada por las malas prácticas comerciales de sus «competidoras», vende producción y emisión de anuncios por debajo de los sesenta céntimos de euro cada pase. No sólo regala la producción de anuncios, sino también los gastos correspondientes a Derechos de Autor ya que tampoco cobra nada por las músicas que se utilizan de fondo musical de los anuncios, o sea, «subvenciona», a costa del erario, actividades de índole comercial y mercantil.

Para finalizar esta 2ª parte (habrá una tercera y definitiva), una observación que se desprende de todo lo anterior: La Administración Local parece no demostrar mayor interés por un servicio público al que da la impresión que quisiera conducir hacia su «extinción». La radio local, con una oferta prácticamente invariable a lo largo de toda su existencia, ha renunciado a profundizar en la diversificación de espacios y programas de contenido, de entretenimiento o musicales con alguna mayor ambición que la de replicar a las radio-fórmulas. Las entrevistas a políticos y las de carácter comercial superan con mucho a las de divulgación de otros temas de actualidad o interés, asuntos que suelen ser tratados en comentarios sueltos de los locutores cuando, de manera informal, frivolizan entre ellos.

Estas son sólo algunas de las razones por las que, a falta de apoyo de una emisora pública sobre saturada de publicidad (además, de escasa calidad), proponemos, utilizando las nuevas tecnologías que lo facilitan y con la certeza de que conceptos ya socialmente aceptados como el de «Nueva Radio» lo propician, impulsar un proyecto colectivo como este. Ahora, tomemos la palabra.

jueves, 16 de noviembre de 2017

De alguna a Ninguna (1ª parte)


La Radio (así, en mayúsculas) ha sido y es la gran pasión de mi vida. El insigne periodista y profesor Gorka Zumeta se refirió a mi en esta entrada de su propio blog. Después de muchos años de mi vida y de trabajo las circunstancias (especialmente las decisiones políticas de algunas personas), me apartaron de ella desde que, hace ahora más o menos tres décadas, fijé residencia aquí, en Ibi, un pueblo realmente singular por su historia y sobre todo por una meteórica trayectoria industrial iniciada a principios del pasado siglo XX.

Siendo todavía estudiante de Periodismo conseguí un trabajo de los que antes se llamaban «meritorios», o sea, que se hacían sin cobrar y con la única contraprestación de engrosar el curriculum. Fue en aquellos tiempos tan complejos como apasionantes de la llamada «Transición».  La muerte de Franco sobresaltó a todos y especialmente a los que, como yo, estábamos a punto de acabar la «mili», el servicio militar obligatorio por entonces necesario para trabajar, emanciparse, sacar el carné de conducir… para todo. Algo más de tres años en la Armada como especialista electrónico me habían supuesto cientos de miles de millas marinas de singladuras embarcado en el desaparecido portaaeronaves «Dédalo», una experiencia que me permitió cruzar el Atlántico, visitar Estados Unidos y los puertos de Europa.

Aquel primer trabajo 'en prácticas' lo conseguí en el Ministerio de Trabajo (¡vaya paradoja, ¿eh?!), donde se editaba, entre otras publicaciones, «Carta de España», un semanario dirigido a los miles y miles de emigrantes españoles repartidos por el mundo tras la diáspora provocada por la falta de oportunidades de los años 50 y 60. Era un resumen de lo publicado en la prensa nacional y regional en España; eso que ahora se llama clipping.

El director de la revista era entonces Ernesto Pérez de Lama, a la sazón director de Radio Juventud de Madrid, emisora de Radio Cadena Española más tarde integrada en RNE. Gracias a él, pero en las mismas condiciones de 'meritorio', conseguí un primer programa al que llevé a compañeros como José María Patiño (hoy en la SER tras años de corresponsal en París) o a Jaime Barella. Tratábamos temas en aquellos años muy controvertidos, mucho más de lo que lo son ahora, como el machismo, la desigualdad de género o el racismo. A la salida de uno de esos programas me esperaron. Sufrí, sin previo aviso y a traición, un ataque de ultras fascistas que me llevó al hospital. La policía dedujo que el motivo pudo ser el haber dado voz a asociaciones gitanas reivindicando derechos.

En Radio Juventud de Madrid viví una de las experiencias más emocionantes de cuantas he tenido ocasión de experimentar. Después de un par de años despertando a la audiencia desde el primer espacio matinal de la programación diaria, propuse a la dirección hacer uno nocturno que, al menos durante los fines de semana, enlazara la noche con la mañana y así nació el primer programa de estas características de la FM española que con  el título «Ni corto ni perezoso» se emitía en las madrugadas de los viernes y de los sábados. Causó furor en el Madrid de principios de los 80, aquél Madrid de «la movida».

Después me llegaron los primeros trabajos remunerados pero, eso sí, lejos mi Madrid natal. Primero en Radio Elche, después en Elda, ciudad en la que tuve la oportunidad de inaugurar su primera emisora de FM; más tarde vuelta a Elche para inaugurar allí la primera SER ilicitana; después fue en Radio Minuto, en Alicante, desde la que pasé a ser jefe de programas en Atena3 de Cádiz y, justo antes de que los conflictos empresariales extinguieran aquel proyecto, regresé a Madrid donde tuve la suerte de ser fichado por «El domingo es nuestro», un informativo juvenil que se emitía en La2 de TVE justo antes de la celebérrima «Bola de Cristal». Por desgracia aquel informativo no renovó temporada y justo en aquel año, el mismo en el que despedí a mi familia que se trasladó a Bélgica (mi padre era funcionario del Instituto Español de Emigración y fue encargado de dirigir la Casa de España en Lieja), llegué a Ibi porque aquí se estaba a punto de inaugurar una emisora municipal cuyo primer director sería un ex compañero de la SER en Alicante.

De mi experiencia en Radio Ibi Emisora Municipal (y su frustrada TV), casi prefiero ni hablar, como tampoco me resultan gratos de recordar aquellos años en los que sobreviví escribiendo crónicas para el diario Información (¡cuántos en Ibi se sorprendían de leer a diario abundantes noticias de su ciudad en el diario!) y como corresponsal de Radio Alcoy. Sólo un apunte que puede dar idea del todo: un buen día, ya con las instalaciones de la nueva radio local abiertas y con la emisora en periodo de pruebas, apareció un concejal que sin conocerme de nada ni dar mayores explicaciones me dijo: «…y tú, coge tus cosas y a la puta calle…»(sic). Todavía no tengo muy claro si la causa fue el ser forastero, no ser sumiso a ideologías políticas o aspirar a que aquella no terminara siendo, como pronosticaba al respecto de las incipientes emisoras municipales el profesor Victoriano Fernández-Asís, 'el altavoz del alcalde'.

Desde entonces, aunque muchas otras cosas han pasado (experiencias profesionales como las ser entrevistador y fotógrafo freelance; ser redactor de El Mundo-Alicante; trabajador-fundador del Escaparate; editor de la revista comercial Entretanto; impulsor de la radio streaming La ibisí; socio fundador de Wussic -idea ganadora del premio Linkostar 2012-; inversor de Cadenalia e Iristrace…), no he dejado de estar del todo alejado de la radio, al menos de sus aspectos comerciales, gracias a AuxPress primero y a Allysound después, empresas que desde la calle Mayor de Ibi se han dedicado, entre otras cosas, a la producción de sonido corporativo,  comercial e institucional. (Continuará…)



lunes, 31 de julio de 2017

Radio es radio, podcast es...



Que la radio es la radio y los podcast son podcast parece una obviedad, pero la primera tiende a convertirse en lo segundo y lo segundo tiene vocación por la primera.

El podcast, ese archivo de audio que se graba y/o produce con la intención de difundir tanto como sea posible su contenido, tiene una naturaleza amateur, es una creación artesana, doméstica, modesta (salvo en contadas ocasiones), un ejercicio casi de pura intuición. Su gran virtud, la misma gran virtud que diferencia a la radio del resto de los medios de comunicación de masas, es la simultaneidad. O sea, es sólo sonido, un audio que podemos escuchar mientras simultaneamos la escucha con cualquier otra actividad (conducir, cocinar, pasear…, etc.), algo que es imposible  hacer con comunicación audiovisual que precise de ser vista y oída al mismo tiempo.

El futuro siempre es incierto, pero algunas veces parece tener indicadores que nos señalan el camino. El futuro de una radio que envejece (envejece la audiencia y envejecen sus ofertas), parece encaminarse hacia el podcast como la radio prescriptiva, a la carta, bajo demanda, “hipervariada” y  heterogénea, la nueva radio que demanda la audiencia millennial. De hecho, las grandes empresas radiofónicas, más allá de convertir sus programas una vez emitidos al formato podcast, ya han empezado a buscar fórmulas para dejar clara su hegemonía también en este ámbito. Así que todo indica que el podcast será un tipo de oferta que tiende a profesionalizarse, a adoptar niveles que la publicidad y el patrocinio exigen: tener audiencia, mantenerla y aumentarla.

Es cierto que un podcast nunca podrá competir con la radio en lo que a eso de “la frescura del directo” se refiere, a no ser que se emita «on line», lo que también es factible. La radio es un espectáculo en vivo y en el que puede ocurrir cualquier cosa inesperada en cualquier momento. El directo de la radio nos promete instantaneidad (aquí está la radio con su noticia, con la actualidad del momento, con lo que está pasando ahora mismo en cualquier parte),  y, además, mantiene la posibilidad de una participación igualmente inesperada, la de cualquier oyente, personaje célebre o anónimo, en el mismo momento que lo requiera o considere oportuno.

Pero existen fórmulas inexploradas que pueden consistir, por ejemplo, en  combinar ambas cosas a la vez. Es decir, una radio cuya oferta esté integrada por podcast y que, al mismo tiempo, tenga en cuenta las características intrínsecas al directo en este medio. Al fin y al cabo, muchos de los programas de las grandes empresas radiofónicas que se emiten hoy en día son pre-grabados ('enlatados' en el viejo argot del oficio), programas que más tarde serán, cada uno de ellos, difundidos como un podcast. Por otra parte el podcast, de contenido imperecedero por definición (aunque trate de asuntos de actualidad), puede ser escuchado con “interrupciones”, bien por las circunstancias del oyente que así lo hace, bien por las “necesidades del directo”. El podcast, como archivo pregrabado que es, puede ser escuchado una y otra vez, puede recuperarse en un punto, volver al principio, adelantarse hasta el final…, en fin, permite todas las posibilidades de algo que está grabado previamente.

Ahora es el momento. Si puedes aportar conocimiento, tiempo, trabajo, ilusión y tienes instinto de pionero o pionera, ponte en contacto con nosotros. Solos no podremos, pero todos y todas juntos sí ¡Hagámoslo!



Dinos cómo quieres colaborar con este proyecto enviando un mail a: ningunaradio@gmail.com



jueves, 27 de julio de 2017

Un primer paso...



Hacer podcast es una práctica que ya ha alcanzado por méritos propios el calificativo de fenómeno social. No es hacer radio, pero se le parece mucho, de hecho no hay radio, comercial o pública ni programa que no pase a convertirse en algo perdurable. Se acabó eso de que la radio sólo sea algo efímero. Frente a la inmediatez, la simultaneidad y la versatilidad de la radio los medios escritos siempre alardearon de ser más influyentes por aquello de que pueden ser “revisables”, o sea, que el lector puede suspender la lectura y volver a tomarla en el punto que la dejó en cualquier momento, puede revisar, repasar, ojear, ir hacia delante o hacia atrás en la lectura. Ahora la radio, convirtiéndose en podcast, también ofrece esas mismas posibilidades y el oyente puede repetir, revisar, ir hacia delante o hacia atrás y, por supuesto, acceder al contenido en cualquier momento y en cualquier lugar on las ventajas de siempre: mientras escucha puede, además, hacer otras muchas cosas.

Pero la radio, cualquier radio y obviamente las grandes cadenas con sus programas de éxito a cuyo frente puede tener y tiene a esas grandes estrellas de la comunicación, cuenta con una gran ventaja que no tiene nadie más: audiencia. Una parroquia “fidelizada” que sigue con interés esos programas que posteriormente puede escuchar en formato podcast bien para volver a disfrutarlos, bien porque no tuvo oportunidad de escuchar la emisión en directo, bien para revisar algún detalle que le resultó interesante. Mientras, para quienes hacen podcast por pura afición, por necesidad de comunicar o por satisfacer sus deseos de emular a la radio, el encontrar audiencia más allá de amigos, compañeros, conocidos o curiosos es mucho más complicado. Las Redes Sociales ayudan a dar difusión, pero no garantizan un gran auditorio. Así que muchos de esos podcast con contenido brillante, curioso y muchas veces concienzuda y cuidadosamente elaborado llegan a una ínfima parte de la audiencia que merecen, una pena. Un gran esfuerzo que recibe escasa recompensa.

El trabajo y el talento, individual y algunas veces colectivo de muchos autores de podcast no encuentra la respuesta que merece, no consigue el “feedback” proporcional a su esfuerzo. Buscarlo es una tarea titánica que requiere dedicación, tiempo y hasta conocimientos de una suerte de habilidades que se le suponen al SEO, el profesional que se dedica precisamente a eso, a posicionar contenidos en Internet y a conseguir “tráfico” para las web y blogs corporativos de empresas e instituciones. Aunque, justo es decirlo, hay quienes, a base de constancia y veteranía, después de mucho tiempo colgando en la Red podcast de calidad, han llegado a conseguir una audiencia respetable, aunque ni se aproxime a la de cualquier espacio radiofónico por pueril o banal que sea. Todos cuantos dedicamos una parte de nuestro tiempo a producir podcast lo hacemos con el propósito de que sean escuchados y con la ilusión de encontrar audiencia interesada en los temas que nos sirven de contenido.

Atribuyen a Confuncio la famosa frase aquella de «tan viaje de mil millas comienza por un primer paso» y, lo dijera el antiquísimo filósofo chino o Chiquito de la Calzada, eso es exactamente lo que estamos dispuestos a hacer (estoy dando por hecho que hay quien se sumará a esta iniciativa como si fuera suya, ¡ojalá!), dar el primer paso. Abrimos un canal, un nuevo medio que, de momento, espera obtener colaboración inmediata de personas en la proximidad geográfica por el simple hecho de que parece más sencillo contactar con ellas, de reunirlas para ir dando forma al proyecto,  pero sin dejar de ser conscientes de que esta nueva «Ninguna Radio» podrá ser accesible por todo tipo de personas en cualquier parte del mundo. Escalofriante. Vamos allá...

Podéis dirigiros a: ningunaradio@gmail.com


La nueva radio ha nacido y esa es “Ninguna Radio”.