domingo, 7 de enero de 2018

Protagonsimo

Una cosa es asumirlo y otra ostentarlo. Siento tener que hacerlo, pero para hacer de manera justificada y razonada el llamamiento que voy a  hacer aquí, no me queda más remedio que empezar hablando de mi, con perdón. Seré breve en esto, pero también sincero.

En los cuarenta años que llevo manteniendo esta relación con la Comunicación, no hay cosa que me haya rechinado más que el afán de protagonismo. Es propio de ególatras, de gente apocada, que esconde un preocupante complejo de inferioridad, eso de querer adquirir protagonismo a cuenta de cualquier cosa que hace y, peor aún, del esfuerzo o la colaboración de los demás. Quienes adquieren mayor mérito por cuento hacen no son, por lo general, protagonistas.

El afán de protagonismo provoca rechazo cuando no vergüenza ajena. Me parece muy triste eso de que cuando a alguien se le hace algún tipo de reconocimiento, ese alguien sea el primero en preocuparse en hacer publicidad del acontecimiento, si es que lo es. Cuando eso sucede, lo primero que se piensa es que es eso, el propio reconocimiento, lo que esa persona iba buscando y no un resultado científico, humanista y siempre generoso como fruto de su supuesto esfuerzo.

Este proyecto, todavía pequeño y en estado embrionario, me tiene como protagonista porque, por mucho que estuviera latente, he sido yo quien le hado forma y está abogando por su contenido y crecimiento. Pero tengo asumido que este no es mi proyecto, que obedece a una necesidad colectiva y una aportación para el presente y el futuro de la sociedad en la que nace, los vecinos de esta histórica y singular localidad alicantina que se llama Ibi, como el impuesto, aunque no lo es.

Aunque sea mi voz la que hasta ahora (quizá durante algún tiempo más), aparezca presentando cada episodio, cada podcast (cápsula sonora), de esto que conocemos como Ninguna Radio.Ø, no quiere decir que sea yo el protagonista. En primer lugar porque lo son las personas que con su generosidad vienen (y muchas más que vendrán) a regalarnos su voz y lo que con ella nos cuentan. En segundo, porque sólo estoy tratando de poner este proyecto en marcha (más adelante explicaré por qué), mientras espero con impaciencia que sean otros los que vayan asumiendo el liderazgo de pequeñas áreas de trabajo y que cada una de esas áreas sumen en resultados al estar unidas en un proyecto común que, finalmente, deseo pase a ser cuanto antes patrimonio de este colectivo y, sobre todo, de sus destinatarios, de la gente de Ibi y de otra que, por la razón que sea, se siente vinculada de algún modo a este sitio.

Me parece un sueño, pero pondré mi empeño en que se cumpla, que sean los jóvenes quienes nos aporten sus inquietudes, contenidos, reivindicaciones, su visión de la vida aquí, en Ibi, y sus propuestas. Sueño porque sean los propios vecinos los que nos digan a viva voz que problemas soportan y que soluciones proponen. Sueño porque aparezcan esas personas con inquietudes, con conocimientos, con su música, con sus diferentes sensibilidades, con sus inquietudes… Gente dispuesta a hablar, a dialogar, a responder, a debatir y contrastar ideas y opiniones. Personas que dejen sus voces grabadas para poder ser escuchadas en un futuro remoto.

Decía antes que explicaría el por qué (de este proyecto) y lo haré, otra vez, brevemente porque podría dar una explicación mucho más extensa pero no quiero hacerlo por no aburrir. Tenemos, aquí en Ibi, una emisora de radio, sí, pero agoniza. Lo hace porque es obvio que la Administración Local no tiene mayor interés en un servicio público que ha dejado reducido a su mínima expresión tras comprobar la imposibilidad de privatizarlo. Un servicio hiper mencantilizado, a tenor de que más de un tercio de su programación se dedica a emitir publicidad, una publicidad insuficiente para hacer que la emisora sea rentable, que no le cueste nada al contribuyente, ya que, por lo que se puede deducir, quizá por la influencia de otras emisoras próximas (emisoras fuera de Ley General de Comunicación Audiovisual), produce y vende mal, por debajo del precio de mercado, incluso haciendo gratis para el anunciante la producción de piezas publicitarias y por tanto eludiendo el pago del IVA por este concepto. Pero lo más preocupante es que se trata de una emisora que no ha avanzado, que sigue repitiendo los mismos esquemas de funcionamiento de hace un cuarto de siglo y que, por tanto, no ha sabido adaptarse a los tiempos y, en consecuencia, no ha sido capaz de despertar interés en una parte muy importante de su audiencia potencial a pesar de tener la exclusiva y todo a su favor para poder conseguirlo.

Dentro de algún tiempo, no sabe aún si en nuestro país será más o menos, se impondrán nuevas tecnologías (como pasó con la TV cuando llegó la TDT) y la radio emitirá con tecnología DAB+, o sea, tecnología digital. Eso significará, entre otras cosas, que podremos sintonizar cualquier emisora del mundo en los nuevos receptores, una oportunidad indescriptible para una pequeña emisora como es el caso de «nuestra» emisora municipal. Terminará por imponerse eso que los teóricos ya describen con «la nueva radio» y que fundamentalmente consiste en que la audiencia disponga de una programación «a la carta», o sea, poder escuchar los contenidos que elija cuando y donde quiera. Esa realidad y la que se desprende de una emisora municipal que no concita mayor interés ni de la administración ni de la audiencia, aconseja esforzarse por un proyecto como el de Ninguna Radio.Ø que, por el momento y aunque todavía pueda decirse que es teoría, se encargue de aportar nuevos contenidos y de hacerlo desde la independencia, sin presiones políticas, religiosas o económicas; poder hacerlo en libertad, sin premisas, sin cesuras, sin cortapisas; y poder hacerlo desde la generosidad, la de todas esas personas, vecinos de Ibi, nacidos aquí o en otras regiones, dispuestas a aportar su voz, su talento, su creatividad, sus habilidades, sus deseos de que Ibi y sus gentes tengan, en ese inminente futuro digital, el espacio de protagonismo que su ciudadanía e historia merecen.


Ojalá que el todo el protagonismo que sea capaz de tener Ninguna Radio.Ø recaiga lo antes posible en los estudiantes, los vecinos, las mujeres, los músicos, los poetas, los técnicos y científicos, los emprendedores, los empresarios y los trabajadores que compartimos un lugar en el mundo que está aquí, en España, en Alicante y que se llama Ibi.