jueves, 27 de julio de 2017

Un primer paso...



Hacer podcast es una práctica que ya ha alcanzado por méritos propios el calificativo de fenómeno social. No es hacer radio, pero se le parece mucho, de hecho no hay radio, comercial o pública ni programa que no pase a convertirse en algo perdurable. Se acabó eso de que la radio sólo sea algo efímero. Frente a la inmediatez, la simultaneidad y la versatilidad de la radio los medios escritos siempre alardearon de ser más influyentes por aquello de que pueden ser “revisables”, o sea, que el lector puede suspender la lectura y volver a tomarla en el punto que la dejó en cualquier momento, puede revisar, repasar, ojear, ir hacia delante o hacia atrás en la lectura. Ahora la radio, convirtiéndose en podcast, también ofrece esas mismas posibilidades y el oyente puede repetir, revisar, ir hacia delante o hacia atrás y, por supuesto, acceder al contenido en cualquier momento y en cualquier lugar on las ventajas de siempre: mientras escucha puede, además, hacer otras muchas cosas.

Pero la radio, cualquier radio y obviamente las grandes cadenas con sus programas de éxito a cuyo frente puede tener y tiene a esas grandes estrellas de la comunicación, cuenta con una gran ventaja que no tiene nadie más: audiencia. Una parroquia “fidelizada” que sigue con interés esos programas que posteriormente puede escuchar en formato podcast bien para volver a disfrutarlos, bien porque no tuvo oportunidad de escuchar la emisión en directo, bien para revisar algún detalle que le resultó interesante. Mientras, para quienes hacen podcast por pura afición, por necesidad de comunicar o por satisfacer sus deseos de emular a la radio, el encontrar audiencia más allá de amigos, compañeros, conocidos o curiosos es mucho más complicado. Las Redes Sociales ayudan a dar difusión, pero no garantizan un gran auditorio. Así que muchos de esos podcast con contenido brillante, curioso y muchas veces concienzuda y cuidadosamente elaborado llegan a una ínfima parte de la audiencia que merecen, una pena. Un gran esfuerzo que recibe escasa recompensa.

El trabajo y el talento, individual y algunas veces colectivo de muchos autores de podcast no encuentra la respuesta que merece, no consigue el “feedback” proporcional a su esfuerzo. Buscarlo es una tarea titánica que requiere dedicación, tiempo y hasta conocimientos de una suerte de habilidades que se le suponen al SEO, el profesional que se dedica precisamente a eso, a posicionar contenidos en Internet y a conseguir “tráfico” para las web y blogs corporativos de empresas e instituciones. Aunque, justo es decirlo, hay quienes, a base de constancia y veteranía, después de mucho tiempo colgando en la Red podcast de calidad, han llegado a conseguir una audiencia respetable, aunque ni se aproxime a la de cualquier espacio radiofónico por pueril o banal que sea. Todos cuantos dedicamos una parte de nuestro tiempo a producir podcast lo hacemos con el propósito de que sean escuchados y con la ilusión de encontrar audiencia interesada en los temas que nos sirven de contenido.

Atribuyen a Confuncio la famosa frase aquella de «tan viaje de mil millas comienza por un primer paso» y, lo dijera el antiquísimo filósofo chino o Chiquito de la Calzada, eso es exactamente lo que estamos dispuestos a hacer (estoy dando por hecho que hay quien se sumará a esta iniciativa como si fuera suya, ¡ojalá!), dar el primer paso. Abrimos un canal, un nuevo medio que, de momento, espera obtener colaboración inmediata de personas en la proximidad geográfica por el simple hecho de que parece más sencillo contactar con ellas, de reunirlas para ir dando forma al proyecto,  pero sin dejar de ser conscientes de que esta nueva «Ninguna Radio» podrá ser accesible por todo tipo de personas en cualquier parte del mundo. Escalofriante. Vamos allá...

Podéis dirigiros a: ningunaradio@gmail.com


La nueva radio ha nacido y esa es “Ninguna Radio”.

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